Conchita González González nació el 7 de febrero de 1949 y era la última y la única chica de cuatro hermanos.
Mari Cruz González Barrido nació el 21 de junio de 1950, por lo que era la más pequeña de las cuatro videntes.
María Dolores Mazón González nació el 1 de mayo de 1949 y era la segunda de los seis hermanos. Su padre era el alcalde y propietario de la taberna del pueblo.
Jacinta González González nació el 27 de abril de 1949 y tenía siete hermanos.
Conchita González González
Conchita González González nació el 7 de febrero de 1949 y era la última y la única chica de cuatro hermanos.
Mari Cruz González Barrido
Mari Cruz González Barrido nació el 21 de junio de 1950, por lo que era la más pequeña de las cuatro videntes.
Mari Loli Mazón
María Dolores Mazón González nació el 1 de mayo de 1949 y era la segunda de los seis hermanos. Su padre era el alcalde y propietario de la taberna del pueblo.
Jacinta González González
Jacinta González González nació el 27 de abril de 1949 y tenía siete hermanos.
18 de Junio de 1961
Estando las cuatro niñas reunidas después de haber robado manzanas, Conchita, la mayor de ellas, entra en éxtasis y ve con sus propios ojos al Arcángel San Miguel entre un gran resplandor.
Las otras niñas, viendo el estado en el que se encontraba Conchita, quisieron ir a avisar a su madre pero inmediatamente caen ellas también de rodillas al ver la misma escena que Conchita.
Las cuatro niñas, con una felicidad inmensa van a refugiarse detrás de la iglesia, desahogándose entre lágrimas por la maravillosa visión que acaban de tener.
21 de Junio de 1961
Ante la incredulidad de las familias de las niñas, estas propusieron a algunos vecinos que fueran con ellos al lugar donde la Virgen se aparecería. Después de las burlas iniciales de los testigos finalmente El Angel apareció.
Las propias niñas cuentan que una vez terminó el éxtasis los vecinos se encontraban muy nerviosos por lo que acababan de presenciar.
Este es el testimonio de uno de los testigos: <<Las niñas clavadas de rodillas en el pedregoso suelo del camino, bien levantada la cara hacia algo o alguien que las tenía arrebatadas, la boca entreabierta con gracia nunca vista, un leve sonreír que ponía plena hermosura en todo su aire, el mirar de aquellos ojos tan puros… Cuando las cuatro volvieron en sí, vieron con asombro que en torno suyo unas lloraban, otras apretaban las manos contra el pecho, y otra, Clementina, estaba ya para correr al pueblo, a llamar a toda la gente.>>
30 de Junio de 1961
Jacinta tuvo la visión del Sagrado Corazón de Jesús, el cual aparecía rojo resplandeciente con rayos blancos y dorados que brotaban de él. Su visión le transpasa el alma. «Era como si fuese a arrancarme el alma del cuerpo»
2 de Julio de 1961
Como les había anunciado el angel, cuando se disponían a rezar el Rosario en «La Calleja» se les apareció la Virgen con un ángel a cada lado. Encima de ellos había un gran ojo que parecía el ojo de Dios.
Las niñas le contaron a la Virgen cómo transcurrían sus días en el campo mientras la Santísima Virgen sonreía. La propia Virgen rezó un rosario con ellas, prometiéndoles que la volverían a ver.
Conchita detalla en su diario el aspecto de la Virgen: «Tiene un vestido blanco con un manto azul, doce estrellas sobre su cabeza. No se le ven los pies y las manos las tiene estiradas con un escapulario en la mano derecha. El pelo es largo de color castaño oscuro ondulado con raya al medio, cara alargada, nariz alargada fina. La boca es muy bonita con labios un poquito gruesos. Su cara posee un color «trigueño», con una voz «muy rara».»
También describe al niño Jesús que trae la Virgen en brazos: «muy chiquitín como un nene recién nacido, una carita redonda, parece el color como el de la Virgen, una boquita pequeña, el pelín un poco largo, rubio, unas manos pequeñas, un vestido como una túnica azul.»
4 de julio de 1961
Llegó la tarde del martes cuatro, tercer día en el que las niñas iban a ver a la Virgen. Al pueblo acudieron muchas personas, entre ellas muchos sacerdotes. Hubo un Rosario en la parroquia, la cual estaba llena de gente, muchos con cámaras de fotos.
Cuando terminó el Rosario las niñas sintieron que la Virgen las llamaba y salieron a su encuentro, y en esta ocasión la Virgen les comunicó el que sería el Primer Mensaje para toda la humanidad:
«HAY QUE HACER MUCHOS SACRIFICIOS, MUCHA PENITENCIA, VISITAR AL SANTISIMO, PERO ANTES TENEMOS QUE SER MUY BUENOS Y SI NO LO HACEMOS NOS VENDRA UN CASTIGO. YA SE ESTA LLENANDO LA COPA Y SI NO CAMBIAMOS NOS VENDRA UN CASTIGO MUY GRANDE».
El mensaje debía ser comunicado por el párroco el 18 de octubre de 1961 por petición expresa de la Virgen.
Año 1961
La Virgen se aparece diariamente a las videntes, incluso varias veces al día, con miles de personas presenciándolo. Se producen cientos de milagros, como levitaciones por parte de las niñas, Nuestra Señora besa cientos de objetos religiosos de los fieles que se acercan hasta Garabandal y les promete a las niñas que se podrá presenciar un milagro al que las niñas llamarán inocentemente «El Milagrucu».
18 de Julio de 1962
Las videntes recibían muy a menudo la comunión por parte del Ángel. La hostia que el Ángel les daba a comulgar era invisible para todos los que presenciaban las apariciones, pero la Virgen les prometió a las niñas, después de que estas insistieran para que se produjera un milagro visible para todo el mundo, que el 18 de julio de 1962 el Ángel le daría a Conchita la comunión y esta se haría visible para todos los que presenciaran el milagro. Los asistentes al milagro dieron testimonio que la hostia apareció de la nada en la lengua de Conchita. Empezó con un punto muy blanco que fue formando en espiral la Hostia, de una blancura y pureza como nadie había visto hasta la fecha.
El nombre de «Milagrucu» se lo dió Conchita porque ella pensaba que se trataba de un milagro pequeño, ya que estaba convencida de que la gente siempre había visto la hostia que el Ángel depositaba en su lengua a diario, pero no era así.
Septiembre de 1962
La Virgen informa a las niñas de que en un futuro relativamente cercano el Señor nos enviará a la humanidad entera un Aviso. Se trata de la iluminación de la conciencia de cada ser humano en la que veremos la gravedad de nuestros pecados tal y como la ve Dios.
Conchita escribe al respecto: «Dios nos manda el Aviso para purificarnos, para hacernos ver el milagro con el cual nos muestra claramente el amor que nos tiene y por eso el deseo de que cumplamos el mensaje».
También le informa de que Dios nos prepara también un Milagro , el cual, según la propia Conchita, será mucho más grande que el milagro solar de Fátima. Nadie de cuantos lo vean podrá marcharse con dudas del amor grande de Dios. De hecho añade que, si todo el mundo estuviera presente en dicho milagro, no habría seguramente ningún castigo por parte de Dios.
Por último le habla de un Castigo. el cual llegaría irremediablemente al mundo si después del gran Aviso y del Milagro la humanidad no se hubiera convertido. Nuestra Señora les mostró a las niñas en qué consistiría el condicional Castigo de Dios, las cuales gritaron y lloraron desconsoladas al contemplarlo.
Conchita escribe al respecto: «El Castigo, si no cambiamos, será horrible. Nosotras, Loli, Jacinta y yo, lo hemos visto; pero yo no puedo decir en qué consiste, porque no tengo permiso de la Virgen. Cuando lo vi, sentí un grandísimo temor, ¡y eso que estaba viendo al mismo tiempo a la VIrgen en toda su belleza e indescriptible bondad!… La Virgen me ha dicho que Jesús no mandaba el castigo para fastidiarnos sino para reprendernos de que no le hacemos caso y por ayudarnos»
18 de Julio de 1962
El 18 de junio del 1965 el Arcángel San Miguel le transmitió a Conchita el que sería el último Mensaje de Nuestra Señora para la humanidad:
<<Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre de 1961, os diré que este es el último. Antes, la copa se estaba llenando, ahora, está rebosando. Muchos cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira del buen Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. ¡Ya estáis en los últimos avisos! Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús.>>
A posteriori la propia Virgen María le diría a Conchita que no fue Ella misma la que les dió el Mensaje porque le daba mucha pena decirnos esas cosas, pero que es necesario que las escuchemos, entonces en 1962 y hoy.
13 de Noviembre de 1965
Ese fue la última vez que las videntes vieron a Nuestra Señora. Después de eso cada una de las videntes fue a un lugar diferente.
18 de Junio de 1961
Estando las cuatro niñas reunidas después de haber robado manzanas, Conchita, la mayor de ellas, entra en éxtasis y ve con sus propios ojos al Arcángel San Miguel entre un gran resplandor.
Las otras niñas, viendo el estado en el que se encontraba Conchita, quisieron ir a avisar a su madre pero inmediatamente caen ellas también de rodillas al ver la misma escena que Conchita.
Las cuatro niñas, con una felicidad inmensa van a refugiarse detrás de la iglesia, desahogándose entre lágrimas por la maravillosa visión que acaban de tener.
21 de Junio de 1961
Ante la incredulidad de las familias de las niñas, estas propusieron a algunos vecinos que fueran con ellos al lugar donde la Virgen se aparecería. Después de las burlas iniciales de los testigos finalmente El Angel apareció.
Las propias niñas cuentan que una vez terminó el éxtasis los vecinos se encontraban muy nerviosos por lo que acababan de presenciar.
Este es el testimonio de uno de los testigos: <<Las niñas clavadas de rodillas en el pedregoso suelo del camino, bien levantada la cara hacia algo o alguien que las tenía arrebatadas, la boca entreabierta con gracia nunca vista, un leve sonreír que ponía plena hermosura en todo su aire, el mirar de aquellos ojos tan puros… Cuando las cuatro volvieron en sí, vieron con asombro que en torno suyo unas lloraban, otras apretaban las manos contra el pecho, y otra, Clementina, estaba ya para correr al pueblo, a llamar a toda la gente.>>
30 de Junio de 1961
Jacinta tuvo la visión del Sagrado Corazón de Jesús, el cual aparecía rojo resplandeciente con rayos blancos y dorados que brotaban de él. Su visión le transpasa el alma. «Era como si fuese a arrancarme el alma del cuerpo»
2 de Julio de 1961
Como les había anunciado el angel, cuando se disponían a rezar el Rosario en «La Calleja» se les apareció la Virgen con un ángel a cada lado. Encima de ellos había un gran ojo que parecía el ojo de Dios.
Las niñas le contaron a la Virgen cómo transcurrían sus días en el campo mientras la Santísima Virgen sonreía. La propia Virgen rezó un rosario con ellas, prometiéndoles que la volverían a ver.
Conchita detalla en su diario el aspecto de la Virgen: «Tiene un vestido blanco con un manto azul, doce estrellas sobre su cabeza. No se le ven los pies y las manos las tiene estiradas con un escapulario en la mano derecha. El pelo es largo de color castaño oscuro ondulado con raya al medio, cara alargada, nariz alargada fina. La boca es muy bonita con labios un poquito gruesos. Su cara posee un color «trigueño», con una voz «muy rara».»
También describe al niño Jesús que trae la Virgen en brazos: «muy chiquitín como un nene recién nacido, una carita redonda, parece el color como el de la Virgen, una boquita pequeña, el pelín un poco largo, rubio, unas manos pequeñas, un vestido como una túnica azul.»
4 de julio de 1961
Llegó la tarde del martes cuatro, tercer día en el que las niñas iban a ver a la Virgen. Al pueblo acudieron muchas personas, entre ellas muchos sacerdotes. Hubo un Rosario en la parroquia, la cual estaba llena de gente, muchos con cámaras de fotos.
Cuando terminó el Rosario las niñas sintieron que la Virgen las llamaba y salieron a su encuentro, y en esta ocasión la Virgen les comunicó el que sería el Primer Mensaje para toda la humanidad:
«HAY QUE HACER MUCHOS SACRIFICIOS, MUCHA PENITENCIA, VISITAR AL SANTISIMO, PERO ANTES TENEMOS QUE SER MUY BUENOS Y SI NO LO HACEMOS NOS VENDRA UN CASTIGO. YA SE ESTA LLENANDO LA COPA Y SI NO CAMBIAMOS NOS VENDRA UN CASTIGO MUY GRANDE».
El mensaje debía ser comunicado por el párroco el 18 de octubre de 1961 por petición expresa de la Virgen.
Año 1961
La Virgen se aparece diariamente a las videntes, incluso varias veces al día, con miles de personas presenciándolo. Se producen cientos de milagros, como levitaciones por parte de las niñas, Nuestra Señora besa cientos de objetos religiosos de los fieles que se acercan hasta Garabandal y les promete a las niñas que se podrá presenciar un milagro al que las niñas llamarán inocentemente «El Milagrucu».
18 de Julio de 1962
Las videntes recibían muy a menudo la comunión por parte del Ángel. La hostia que el Ángel les daba a comulgar era invisible para todos los que presenciaban las apariciones, pero la Virgen les prometió a las niñas, después de que estas insistieran para que se produjera un milagro visible para todo el mundo, que el 18 de julio de 1962 el Ángel le daría a Conchita la comunión y esta se haría visible para todos los que presenciaran el milagro. Los asistentes al milagro dieron testimonio que la hostia apareció de la nada en la lengua de Conchita. Empezó con un punto muy blanco que fue formando en espiral la Hostia, de una blancura y pureza como nadie había visto hasta la fecha.
El nombre de «Milagrucu» se lo dió Conchita porque ella pensaba que se trataba de un milagro pequeño, ya que estaba convencida de que la gente siempre había visto la hostia que el Ángel depositaba en su lengua a diario, pero no era así.
Septiembre de 1962
La Virgen informa a las niñas de que en un futuro relativamente cercano el Señor nos enviará a la humanidad entera un Aviso. Se trata de la iluminación de la conciencia de cada ser humano en la que veremos la gravedad de nuestros pecados tal y como la ve Dios.
Conchita escribe al respecto: «Dios nos manda el Aviso para purificarnos, para hacernos ver el milagro con el cual nos muestra claramente el amor que nos tiene y por eso el deseo de que cumplamos el mensaje».
También le informa de que Dios nos prepara también un Milagro , el cual, según la propia Conchita, será mucho más grande que el milagro solar de Fátima. Nadie de cuantos lo vean podrá marcharse con dudas del amor grande de Dios. De hecho añade que, si todo el mundo estuviera presente en dicho milagro, no habría seguramente ningún castigo por parte de Dios.
Por último le habla de un Castigo. el cual llegaría irremediablemente al mundo si después del gran Aviso y del Milagro la humanidad no se hubiera convertido. Nuestra Señora les mostró a las niñas en qué consistiría el condicional Castigo de Dios, las cuales gritaron y lloraron desconsoladas al contemplarlo.
Conchita escribe al respecto: «El Castigo, si no cambiamos, será horrible. Nosotras, Loli, Jacinta y yo, lo hemos visto; pero yo no puedo decir en qué consiste, porque no tengo permiso de la Virgen. Cuando lo vi, sentí un grandísimo temor, ¡y eso que estaba viendo al mismo tiempo a la VIrgen en toda su belleza e indescriptible bondad!… La Virgen me ha dicho que Jesús no mandaba el castigo para fastidiarnos sino para reprendernos de que no le hacemos caso y por ayudarnos»
18 de Julio de 1962
El 18 de junio del 1965 el Arcángel San Miguel le transmitió a Conchita el que sería el último Mensaje de Nuestra Señora para la humanidad:
<<Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre de 1961, os diré que este es el último. Antes, la copa se estaba llenando, ahora, está rebosando. Muchos cardenales, obispos y sacerdotes van por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira del buen Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. ¡Ya estáis en los últimos avisos! Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús.>>
A posteriori la propia Virgen María le diría a Conchita que no fue Ella misma la que les dió el Mensaje porque le daba mucha pena decirnos esas cosas, pero que es necesario que las escuchemos, entonces en 1962 y hoy.
13 de Noviembre de 1965
Ese fue la última vez que las videntes vieron a Nuestra Señora. Después de eso cada una de las videntes fue a un lugar diferente.
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